La inmunidad ha
intrigado a la humanidad durante miles de años. La visión prehistórica de las
enfermedades era que estaban causadas por fuerzas sobrenaturales, y que la
enfermedad era una forma de castigo teúrgico de los dioses o de los enemigos de uno
por “malos actos” o “pensamientos malvados” que visitaban el alma. Entre el
tiempo de Hipócrates y
el siglo XIX, cuando se establecieron los cimientos del método científico, las
enfermedades fueron atribuidas a una alteración o desequilibrio en uno de los cuatro
humores (sangre,
flema, bilis amarilla o bilis negra). También
fue popular durante este tiempo la teoría miasmática,
que sostenía que las enfermedades como el cólera o la Peste Negra eran causadas por un miasma, una forma
nociva de "aire ahogado". Si
alguien era expuesto al miasma, podía coger la enfermedad.
La palabra “inmunidad”
deriva del adjetivo latino immunis,
un término legal que significa exención de tareas (servicio militar, pago de
impuestos u otros servicios públicos), una gracia que otorgaba el emperador. La primera descripción escrita del
concepto de inmunidad como exención de enfermedad (no la palabra) la hizo el
ateniense Tucídides que, en el 430 a. C.,
describió que cuando la peste afectó a Atenas “los enfermos y los moribundos
estuvieron cuidados por la atención compasiva de esos que se habían recuperado,
porque sabían el tratamiento de la enfermedad y estaban ellos mismo libres de
aprensiones. Ninguno fue atacado jamás una segunda vez, o no con un resultado
fatal”. El término “inmune”
referido a la enfermedad apareció escrito por primera vez en el poema épico “Farsalia”
escrito alrededor del 60 a. C. por el poeta cordobés de origen romano Marco Anneo Lucano para describir la resistencia de una
tribu norteafricana al veneno de las serpientes.
La primera
descripción clínica de la inmunidad que surgió de una enfermedad específica
por un organismo causante es probablemente Kitab
fi al-jadari wa-al-hasbah (Un
tratado sobre la viruela y el sarampión)
escrito por el médico islámico Al-Razi en el siglo IX. En el tratado, Al-Razi
describe la presentación clínica de la viruela y el sarampión y pasa a indicar
que esta exposición a estos agentes específicos otorga inmunidad duradera
(aunque no usa este término). No
obstante, fue con la Teoría germinal de las enfermedades de Louis Pasteur que la incipiente ciencia de la inmunología comenzó a explicar cómo las bacterias
causaban las enfermedades, y cómo, después de la infección, el cuerpo humano
aumentaba la capacidad de resistir más ofensas.
El nacimiento de la
inmunoterapia pasiva pudo haber comenzado con Mitrídates VI, que buscó
acostumbrarse al veneno, y tomó dosis de veneno no letales diariamente para
desarrollar tolerancia. También se dice que Mitrídates creó un 'antídoto
universal' para protegerse de todos los venenos terrestres. Durante casi 2000 años, se creyó que
los venenos eran la causa directa de las enfermedades, y una complicada mezcla
de ingredientes, llamada Mitrídate, era usada para curar el envenenamiento
durante el Renacimiento. Una versión actualizada de esta cura, Theriacum Andromachi, fue bastante
usada en el siglo XIX. En 1888 Émile Roux y Alexandre
Yersin aislaron la
toxina de la difteria, y después del descubrimiento de la inmunidad hacia la difteria y el tétanos basada en antitoxinas en 1890 por Behring y
Kitasato, la antitoxina se convirtió en el primer gran éxito
de la inmunología terapéutica moderna.
En Europa,
la inducción de la inmunidad activa surgió en un intento de contener la viruela.
La inmunización, sin embargo, había existido de varias formas durante al menos
un milenio. El uso más antiguo de
la inmunización es desconocido, no obstante, alrededor del
1000 d. C., los chinos comenzaron a practicar una forma de
inmunización secando e inhalando polvos derivados de las costras de las
lesiones de la viruela. Alrededor
del siglo XV en India, el Imperio
otomano, y África Oriental, la práctica de la variolación
(meter en la piel material en polvo derivado de las costras de la viruela) se
convirtió en bastante común. La
variolación fue introducida a Occidente a principios del siglo XVIII por Lady Mary
Wortley Montagu. En
1796, Edward Jenner introdujo el método mucho más seguro
de la inoculación con el virus de la viruela vacuna, un
virus no mortal que también inducía inmunidad a la viruela. El éxito y la
aceptación general del procedimiento de Jenner conduciría más tarde la
naturaleza general de vacunación desarrollada por Pasteur y otros hacia
finales del siglo XIX.
RESPONDE:
-
A
que procedemento cres que precede a variolización?
-
Como
se define actualmente a inmunidade?
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