Por: Ángela Boto y Pablo Jáuregui
Noticia enviada por: Daniel L. Huertas
El ácido ribonucleico, que actúa como un interruptor de ADN, es
fundamental para comprender el desarrollo del cáncer.
Como todos los años por estas fechas, la revista Science presenta en su edición de hoy su Top Ten anual: los 10 hallazgos más importantes de 2002 en el mundo de la investigación. En esta ocasión, el puesto más alto le ha correspondido al ácido ribonucleico (ARN), una molécula relativamente desconocida que ha resultado ser mucho más importante de lo que se creía en el pasado.
Hasta ahora, al ARN se le consideraba un simple siervo de su hermana mayor, el ADN, cuyo único cometido era transportar la información de la doble hélice para producir proteínas. Sin embargo, Science la ha concedido su óscar científico del año porque las últimas investigaciones han revelado que este ácido nucleico podría ser la llave para profundizar en los mecanismos de desarrollo del cáncer y comprender el comportamiento de las células madre.
Hasta hace poco, el papel del ácido ribonucleico había pasado desapercibido para los investigadores. Este desconocimiento se ha debido en parte a que los estudios se habían centrado siempre sobre la molécula completa y en los experimentos se despreciaban los fragmentos de su estructura. Sin embargo, a finales de los años 90 se descubrió que eran precisamente los llamados «pequeños ARNs» los que tenían el papel estelar. Se comprobó que estos diminutos trozos del ácido nucleico eran capaces de modular la actividad de los genes actuando a modo de interruptor. Además, en algunas especies, también se encargan de
mantener la estructura del ADN, eliminando aquellas regiones que pueden alterar la correcta producción de proteínas.
Crecimiento de tumores
Estos hallazgos han conducido inmediatamente a la hipótesis de que si existe alguna alteración en el funcionamiento de estos pequeños ARNs, no cumplirán su función de control y mantenimiento de la doble hélice. Si esto ocurre, la célula podría comenzar a tener un comportamiento aberrante en su división y en la síntesis de proteínas. O dicho de otro modo, dar lugar a un tumor.
Las posibles contribuciones del ácido ribonucleico al futuro de la investigación biomédica se extienden en diversas direcciones. En una de ellas se encuentran las células madre. Los trabajos en plantas han demostrado que el ácido nucleico participa en los procesos que determinan el destino de estas células.
Por lo tanto, muchos expertos consideran que el estudio de esta molécula podría resultar fundamental para obtener tejidos en el laboratorio, a partir de cultivos de células madre.
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